viernes, 16 de septiembre de 2011

Hijos de la medianoche - Salman Rushdie


 “Nací en la ciudad de Bombay… hace mucho tiempo. No, no vale, no se puede esquivar la fecha: nací en la Clínica Privada del doctor Narlikar el 15 de agosto de 1947. ¿Y la hora? La hora es también importante. Bueno, pues de noche. No, hay que ser más… Al dar la medianoche, para ser exactos. Las manecillas del reloj juntaron sus palmas en respetuoso saludo cuando yo llegué. Vamos, explícate, explícate: en el momento mismo en que la India alcanzaba su independencia, yo entré dando tumbos en el mundo.”
Así es como comienza la historia del musulmán Saleem Sinai; contándonos el momento exacto de su nacimiento que coincide con el mismo instante  en que la India alcanzó su Independencia. Debido a este hecho su vida se verá profundamente unida a la de su país y su evolución personal vendrá marcada por todos los acontecimientos que va sufriendo.
Saleem nos irá contando poco a poco y con todo lujo de detalles como ha sido su vida y la de su familia, sus recuerdos más íntimos, sus pensamientos  y su particular visión acerca de todos los hechos que sucedieron en la historia de la India.
Personajes
Saleem Sinai es el protagonista de la historia. Nació en la medianoche exacta del 15 de agosto de 1947, justo en el momento en que la India alcanza su Independencia.
En su nacimiento fue dotado de un olfato extraordinario y un curioso don, el de la telepatía.  Era capaz de leer los pensamientos ajenos con la misma facilidad que percibir cualquier olor. Además también podía transmitir los suyos propios.  
Tambien conoceremos a todos los miembros de su familia, sus abuelos, sus padres, tios y hermanas y como afectan todos ellos a la pesonalidad del protagonista.
Los hijos de la medianoche son aquellos niños que al igual que Saleem nacieron en la madrugada del 15 de agosto de 1947 cerca de la medianoche. Fueron en principio 1001, pero al final solo quedaron en pie y por distintos motivos 581. Saleem era capaz, gracias a su don, de congregarlos a todos en su cabeza. Sus poderes eran distintos y variados, algunos podían ver el futuro, otros volar, algunos incluso cambiar de sexo.
Cuando se encontraban en la cabeza de Saleem no solo se preguntaban para que existían, sino que querían encontrar la manera de aprovechar esos dones.
La novela
La historia que nos cuenta esta novela es de un hombre, Saleem Sinai que ante un envejecimiento corporal prematuro decide contar su historia y la de su familia remontándose al momento en que su abuelo terminó sus estudios y volvió a su pueblo siendo un hombre nuevo. Este sería el inicio de todo, nos contará como sus abuelos se conocieron, como llegaron sus padres a casarse y cómo fue su infancia siendo un niño especial con el don de la telepatía. No tiene mucho más sentido contar más del argumento ya que este solo se puede comprender de forma global porque el retrato de esta historia está lleno de hechos cotidianos con distinto grado de importancia u otros más extraordinarios que es mejor descubrir al leerlos. 

La historia abarca desde 1919 hasta 1978 momento en que Saleem tiene 30 años. Está escrito en primera persona y existen constantes alusiones al lector, a sí mismo y a Padma  a quien a su vez está contando la historia. Sus recuerdos abarcan hasta que está a punto de cumplir los treinta y un años.
La prosa de Salman Rusdhie es consistente, densa y elaborada. Utiliza frecuentemente frases muy largas y muchas palabras en hindi salpican los párrafos. Constituye un relato poco lineal que mezcla lo real con lo imaginario aportando fantasía y leyendas a la historia real.
A través del relato podemos conocer una pequeña parte de la historia de la India, la matanza de Amritsar, el asesinato de Ghandi o la formación del primer gobierno independiente y la elaboración de la Constitución. Pero también viviremos pequeños conflictos como revueltas populares y situaciones difíciles para la población, injusticias, estrecheces económicas, engaños, etc.
De esta forma nos encontramos  una cierta imagen de la soledad, la perdida y el dolor de todo un pueblo. Supone una gran diatriba que critica el racismo y la xenofobia en un país donde existen tantas castas como tonos de color de piel. También se puede apreciar el rechazo de Rushdie a la intolerancia religiosa y social. Aparte de la crítica que realiza al gobierno sobre todo de Indira Ghandi quien es la que sale más perjudicada.
En la India fue prohibida por las duras críticas que el libro contiene al gobierno de Indira Ghandi.
En “Hijos de la medianoche” encontramos una forma de narrar muy parecida a lo que se ha denominado realismo mágico, un tipo de literatura que engloba a autores de la talla de Gabriel García Márquez o Isabel Allende que son los que ahora mismo me vienen a la cabeza. El autor es capaz de mezclar con toda la naturalidad del mundo realidad y ficción, intercala leyendas, con pensamientos, sentimientos propios o hechos confirmados de la historia. En ocasiones narra acontecimientos de lo más normal pero que terminan de forma imposible, personajes que se salen de toda la norma y escogen caminos extravagantes de forma que se dan situaciones inverosímiles.
No es un libro fácil de leer que pueda tomarse a la ligera, hay que cogerlo de forma pausada y sin prisas, dispuestos a concentrarse en parte porque los hechos que acontecen en la novela se suceden de forma muy desordenada con constantes idas y venidas en el tiempo y a veces narrando de forma casi circular.
Al principio cuesta acostumbrarse a la prosa de Rushdie, su estilo es muy particular, pausado y elaborado; la prosa  pero es conforma un retrato interesante a pesar de todo.

El protagonista nos va narrando en primera persona pero no de forma típica ya que a la vez que nos lo cuenta él mismo también actúa como narrador omnisciente que conoce todos los hechos, sabe todo lo que ha pasado e incluso los sentimientos de muchos de los personajes. De esta forma se produce un desacople entre narrador y personaje de forma que aunque son la misma persona muchas veces no lo parece.
La novela me ha gustado, sin entusiasmarme, pero tengo que reconocer que me ha costado leerla, por la prosa, porque el argumento avanza de forma muy lenta.
Es una novela muy triste pero también tiene cierto tono de humor en algunos pasajes, algo difícil de conseguir teniendo en cuenta la naturaleza del relato. Durante toda la novela acompaña una sensación de desamparo e incomprensión de los personajes que en su mayor parte son marionetas del destino
Lo recomiendo para todos aquellos que quieran una lectura exigente, que necesiten ir mas allá de la historia que nos están contando , que sean capaces de sumergirse en el relato y acercarse un poco a la India.