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martes, 4 de noviembre de 2014

Los crímenes del monograma - Sophie Hannah



Título: Los crímenes del monograma
Autora: Sophie Hannah
Publicación: Espasa, septiembre de 2014
Páginas: 368

Londres, 1929. Hércules Poirot está cenando en el café Pleasant cuando una mujer irrumpe en el local y le confía que alguien está a punto de matarla. Le ruega que no investigue, pues con su muerte, dice, se habrá hecho justicia.

Unas horas más tarde, tres personas son asesinadas en un elegante hotel londinense. Poirot no puede evitar involucrarse en el caso, pero, mientras él se esfuerza en ordenar todas las piezas, el asesino se prepara para volver a matar.

Mis impresiones

Me llamó mucho la atención el regreso de un personaje tan conocido como Hércules Poirot, uno de los detectives más famosos de la literatura y al cual yo encontré por primera vez durante mi adolescencia al tropezar con su autora, Agatha Christie. Considerada como una maestra del género policial no fueron pocos los casos que resolvió el citado personaje además de ser explotado en el cine en muchas ocasiones.

Los crímenes del monograma, publicada el pasado mes de septiembre por la editorial Espasa, cuenta de nuevo con la aparición de este personaje. La novela sigue esa línea tan marcada clásica del género negro y recupera de forma bastante fiel la figura de Poirot pero a la vez su autora, Sophie Hannah, marca un estilo propio a la hora tanto de construir la historia como de narrarla y  desarrollarla. Es decir el personaje conserva sus características dentro de una historia que no pretende emular el estilo de su creadora. Si alguien piensa que se llevará el regusto del sello Christie quizás terminará el libro ligeramente decepcionado.

Sophie Hannah, su autora, es muy conocida en su país por escribir oscuros thrillers psicológicos que cuentan con cierto éxito. Mi primera experiencia con ella fue La cuna vacía, un novela muy oscura que nada tiene que ver con la propuesta de hoy. Por lo cual no sabía qué me iba a encontrar.

Lo primero que me llamó la atención es el formato en que se ha editado el libro. En rústica no cuenta con las solapas interiores y además tiene las puntas redondeadas, de forma  que casi parece una agenda o un cuaderno. El diseño de la portada (que combina negro, oro, plata y letras en relieve)  me ha parecido atractivo, con gusto y acorde con lo que la historia requiere. Por tanto con este formato ya el libro de primeras nos atrae.

La acción comienza en el café Pleasant de Londres en un día de 1929. Como cada noche de jueves mientras dura el retiro con el que el detective Hércules Poirot pretende descansar  se encuentra cenado allí cuando una mujer muy atribulada  entra en el local y le confiesa, en evidente estado de excitación, que su propia vida corre peligro. Alguien quiere matarla pero le ruega que no intente evitarlo ni busque culpables porque con su muerte habrá pagado una deuda y  por fin se habrá hecho justicia.

Pocas horas más tarde, durante la noche, tres cadáveres son encontrados en tres habitaciones diferentes del famoso hotel Bloxham situado cerca de Picadilly Circus. Los tres asesinatos presentan ciertas similitudes en su modus operandi entre ellas la aparición de tres gemelos con el mismo monograma. El encargado de investigar de forma oficial este caso es el detective Edward Catchpool, de Scotland Yard, que es amigo de Poirot y con quien curiosamnte comparte alojamiento de forma provisional en una casa de huéspedes. Juntos intentarán resolver el caso.

Ambos acontecimientos, que en principio parecen no tener nada que ver, nos llevarán a una misma trama en la que encontraremos un poco de todo. Celos, afán de venganza, una historia de amor que se complica, la redención de una culpa, etc. Ya con un primer capítulo que nos llama la atención y nos deja pegados a su historia.

Los crímenes del monograma es una historia entretenidísima, de esas que una lee sin darse cuenta. Está narrada con un ritmo muy ágil, con una gran dosis de intriga y algunos interesantes giros que van cambiando la perspectiva del lector. Además de resultar una trama interesante que va ganando intensidad conforme la novela avanzada resulta sólida, ingeniosa y bien construida. A pesar de complicarse de modo extraordinario en algunos momentos queda perfectamente resuelta, sin incoherencias dejando completamente satisfecho al lector.

Es cierto que Poirot es uno de los personajes centrales de la novela pero no el único porque tendrá que compartir protagonismo con el narrador y conductor oficial de la investigación. El detective belga, ya retirado pero incapaz de mantenerse al margen en un caso de asesinato, tremendamente perspicaz, observador, metomentodo, vanidoso, a veces algo pedante y curiosón será vital en el desarrollo de la historia y su ayuda inestimable para Catchpool. Este último es un joven detective de Scotland Yard que en ciertos momentos queda ensombrecido por la figura del anterior. A veces le vemos superado y otras frustrado ante tal alarde de ingenio. El resto de figuras están al servicio de la trama.

La historia está narrada en primera persona por uno de sus personajes, Catchpool, que dirige además de la narración la investigación. Su lectura resulta tremendamente ágil y amena puesto que se desarrolla prácticamente a través de vivos diálogos en los que sus personajes se expresan de forma algo rimbombante y propia de principios de siglo pero siempre resultando accesibles al lector. Hannah prescinde además de largas descripciones que ralenticen la trama. Quizás en algún momento la historia peca de ser demasiado enrevesada o recalcar ciertos puntos en exceso y al lector estos vaivenes puedan despistarle en momentos concretos pero, como he dicho antes, al final Sophie Hannah, resuelve con bastante ingenio.  En mi opinión tanto este punto de vista como el estilo personal de la autora son todo un acierto porque le da un aire distinto a las novelas de Agatha Christie de forma que se eviten en cierto modo las odiosas comparaciones que resultan inevitables en ciertos casos.  

En cuanto a su estructura consta de veinticinco capítulos de extensión media más un epilogo que cierra la historia.

Conclusión

Los crímenes del monograma es un libro muy entretenido cuya lectura atrapa e intriga gracias a una trama bien hilada y llena de giros argumentales que van sorprendiendo al lector.

Calificación: