viernes, 6 de julio de 2012

Te esperaré toda mi vida - Megan Maxwell


Montse es una treintañera española afincada en Londres por motivos de trabajo a la que su ex novio acosa para retomar la relación después de que esta terminara por una infidelidad. Menos mal que por lo menos puede contar con sus buenas amigas Julia y Juana para desahogarse debidamente.
Cuando a una de ellas le toca un viaje a Edimburgo no se lo piensan dos veces y preparan el viaje ilusionadas, sobre todo Montse que por fin podrá visitar el castillo de Elcho, un lugar con el lleva soñando desde que era una niña y en el que vive el misterioso  y guapo hombre escocés que puebla sus sueños.
En Edimburgo las tres amigas se encuentran con una gitana pitonisa, antigua conocida de Montse y quien va a otorgar un deseo a cada una de ellas. 
Así las tres amigas, inconscientes de la repercusión de sus peticiones, viajarán en el tiempo hasta el año 1689 donde conocerán a la familia Carmichel sobre la que pesa una maldición horrible.
Para Montse, Julia y Juan será un duro golpe porque tendrán que adaptarse a la dura vida del siglo XVII donde nada se asemeja al mundo donde ellas viven. Una tierra llena de leyendas y donde vivirán una experiencia que cambiará sus vidas definitivamente.

Mi experiencia con la novela
Hasta ahora no había leído nada de Megan Maxwell pero esta primera novela que he conocido ha sido una experiencia muy positiva para mí.
El argumento de la novela se asemeja a un cuento de hadas rebosante de fantasía pero también de humor y comicidad. La historia se centra en un viaje atrás en el tiempo. Tres mujeres del siglo XXI, que son de armas tomar, que saber decidir por ellas mismas y acostumbradas a coger el toro por los cuernos se ven transportadas de repente al siglo XVII, un lugar muy diferente al de donde ellas proceden. Un lugar donde las mujeres no tienen la última palabra, donde el trabajo es muy duro y donde ni siquiera pueden tomarse un simple café.
En el castillo de Elcho, un lugar con el que Montse ha soñado desde que era una niña, donde reside del duque de Wemyss, Declan Carmichel, las tres amigas vivirán una experiencia que no les dejará indiferente.
Los personajes no pueden tener más desparpajo a la hora de desenvolverse en su vida normal pero ¿Qué ocurrirá en el siglo XVII? ¿Serán capaces de hacerse oír?  ¿Podrán sobrellevar un estilo en el que no existe nada? Para empezar deciden adoptar otros nombres y se hacen llamar Cindy Crawford, Paris Hilton y Norma Duval, los nombres de las mujeres que les gustaría ser.
Montse está a punto de cumplir los treinta años cuando su novio decide liarse con otra mujer más joven y dejarla plantada. Pero no contento con todo ello se arrepiente y no deja de llamarla para retomar la relación. Aunque Montse no está dispuesta a ello y el viaje es la oportunidad de oro para tomarse un respiro y escapar de ese descerebrado.
Su infancia no fue demasiado buena. Su madre murió al poco de nacer ella y para su padre, de profesión feriante, Montse suponía más un engorro que otra cosa. Por eso nunca se ocupó de ella y al final fue Erika, una pitonisa, quien le dio afecto y la trató como una hija. Desde que Erika leyó por primera su futuro en una bola de cristal, Montse comenzó a soñar con un hombre y un castillo sin saber que el futuro la llevaría hacia ese lugar. Un sueño recurrente pero que cuando se hizo realidad supuso una gran decepción.
El caballero en cuestión es Declan Carmichel, un highlander escocés que lejos de ser el hombre de su vida es un bruto que no trata a las mujeres con ningún respeto  y para colmo entre ellos no hay ninguna química. Sus mundos no puede ser mas distintos y para él ella es solo una mujer descarada y protestona que no atiende a razones. Sus peleas serán monumentales porque a Montse ningún hombre le dice lo que tiene que hacer.
Respecto a las amigas de Montse, Julia es una canaria muy melosa que no hace nada más que echar en falta a su Pepe, el marido que se ha quedado atrás. Y Juana va a conocer a un hombre que la volverá loca. Se trata de Alasthair, un guapo y fornido highlander que le hará suspirar de amor.
En general los personajes están bien perfilados y es fácil reconocer el papel de cada uno en la historia. Además de los anteriores está Rose, una estirada y egoísta señoritinga que intentará llevarse a Declan a su terreno y casarse con él, la pequeña Maud a quien su padre apenas hace caso o la criada Edel que debe esperar a que el hombre al que ama dé el primer paso.
En referencia al estilo, me ha parecido una novela muy sencilla y directa. Con un lenguaje muy actual y muy de la calle resulta muy fresca y amena. Las tres amigas hablan como lo haríamos cualquiera de nosotras utilizando muletillas y expresiones coloquiales imposibles de entender para los habitantes del castillo el Elcho. Se contrapone el estilo del siglo XVII en el que lo personajes se hablan de usted y utilizan un lenguaje muy solemne.
Como ya os he dicho la novela está plagada de humor. Las situaciones disparatadas son el punto fuerte del relato. Resulta muy divertido ver como las amigas viven situaciones impensables para nosotras en estos momentos o cómo reaccionan los habitantes del castillo a lo que para ellos son locuras de las protagonistas. Como cuando deben matar un pollo para comer, una situación que normalmente no vivimos en la actualidad. Vamos simplemente al super y lo compramos.
La reacción de Declan, el protagonista, tampoco tiene desperdicio cuando se encuentra por primera vez en su vida con un tanga y la depilación brasileña ante su sorpresa mayúscula o como asume la palabra chungo que antes no había estado en su diccionario.
O la diferencia de cómo se fraguan las relaciones. Como ahora las mujeres deciden dar el primer paso mientras antes debían esperar a que fueran los hombres los que dieran el primer paso para desesperación de las féminas.
En el final la autora no se complica demasiado y aunque uno espera que el final sea feliz no se imagina como llegará a arreglarse ese desaguisado. La novela no tiene ningún suspense salvo el tema de la maldición que acecha a los Carmichel y por la cual sus parejas terminaran muriendo cuando se enamoren y en el momento más feliz de su vida.
La verdad es que este libro me ha parecido muy divertido. La historia es muy fresca y amena y es inevitable sonreír con las peripecias de las tres amigas. La trama cuenta con mucha fantasía pero ello no impide meterse de lleno y disfrutar con la historia una vez que una asume lo increíble y disparatado de la trama.
No es que la novela vaya a pasar a la historia ni vaya a convertirse en un clásico pero os lo recomiendo si buscáis una lectura veraniega sin más. Algo ligero y divertido que  os haga desconectar y dejaros llevar por una historia romántica llena de fantasía y humor.